Ella lo miro, como si fuera la
primera vez que su cuerpo sintiera amor sincero, dándose cuenta que la
esperanza dentro de este círculo lleno de emociones no se perdía dentro del universo
con prejuicios y déspota inseguros.
El la miro, y se dio a
entender que la vida sin esa sonrisa no se complementaba con nada, la química creada
entre ellos era aprobada por un científico cauteloso llamado cupido .
Cuando ambos quisieron sentarse,
un magnetismo tomó sus manos, sin que nadie los detuviera, sin que nadie les
dijera que era un error, sin que nadie
les dijera que el amor nunca existió.
Nunca pensaron que se encontrarían,
pero lo hicieron, fue difícil para ellos, para ustedes y para mí, pero jamás
dejare de pensar que el amor existe.
Amor mío, sé que estás ahí, dejare
de mentirme, quiero amor, una vida junto a ti, pero a través de mis años, por
fin logre entenderlo, que para encontrarte y quererte, debo amarme a mí misma primero.
Por favor, cuando estés frente mío, mira mi sonrisa, mira mis manos, mis ojos llorosos,
mis labios tratando de controlarse, observa mi sabiduría y admiración con eso
te darás cuenta que serás feliz a mi lado. Solo déjate llevar por el viento,
deja el frio invierno de junio te traiga a mis tibios brazos de enero.
Recuerda que podemos tenerlos todos, y como ellos, podemos sentarnos sin
nadie nos digas que esto no existe, porque basta que nosotros lo mantengamos
posible.
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