" Gozaba en destruir la inocencia y en profanar la virginidad"
Gilles de Rais
Mientras encontraba a pequeños ángeles que entraran a mi casa de juguete, cuidaba de aquella que de sus alas había profanado, la observo y sigo sin entender porque no le gusta estar junto a mi. A veces maldice, llora o mira hacia su pared. Cuando estoy a solas, recuerdo su mirada de esperanza, mi pobre angelito repite las mismas frase una y otra vez "Hare lo que quieras" "Déjame ir a casa" "Dios mio, ayúdame", y lo que no entiende es que morirá aquí.
- ¡Esperanza, el peor defecto de los seres humanos!
Siete han sido mis ángeles, seis ya descansas, pero decide que una debe aparecer para causar pánico en esos humanos que solo deciden apagar su luz y no ver quien abraza a sus pequeñas en el día.
Su nombre es Eva cumplió diez años, no quiero que siga creciendo, la adultez te convierte en una mujer fea y testaruda, por esta razón ELLA DEBE MORIR.
- ¡por lo tanto! ¡es su turno de rezar el puto padre nuestro!
¡Hay! al principio me divertía con ella. La conocí en el parque, reímos por meses, y aun no entiendo porque su sonrisa se opaco, lo pasábamos tan bien, me dejaba maquillarla y peinarla, ahora no para de llorar y golpear.
Ayer comenzó a patear mis piernas y tuve que sacar mi serpiente de lengua negra, la amarre a su cuello ante un espejo de cristal sin reflejo, es mágico, solo yo puedo ver que sucede, sus ojos comenzaron a salir, mis oídos escuchaban como hervía su sangre y veía como corría el mar rojos a través de su cara.
Decide poner su vestido favorito, de princesa azul, debe verse bien para ir al parque de la plaza roclet para que pueda leer su libro favorito en paz, aquí no podía hacerlo, porque las demás hacen mucho ruido, o no chicas?"
- Mira Eva, quienes vinieron por ti!! la tome en brazos, dejándola en el trono de la mesa, para que tuviéramos una tranquila cena junto a las chicas que amablemente la vinieron a buscar.
Todas mis angelitos tienen sus ojos saltones rojos, el drama en su cara, es como la opera, trasmite tristeza y no entiendes nada.
Bueno, creo que me iré a dormir, que puedo decir, mañana nos vemos, y recuerden que sus muertes es mi sagrada belleza.
Señorita Rais.
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